Hay un viejo truco para determinar si un disco es bueno o malo, consiste en escuchar el álbum dos veces seguidas, la primera por el orden escrupuloso que el artista o sus asesores han determinado que debe escucharse. Parece una tontería pero no lo es, es importante cómo comienza y cuál es la canción que lo termina. Cuando la base era el vinilo la primera canción de cada cara era clave.
Hoy en día su valor varía en función de las canciones lanzadas con antelación y la manera en la que se colocan en el disco, con visos al streaming. Selena Gomez ha concentrado por ejemplo sus singles en sus cuatro primeros tracks. Eso que sería un error en cualquier disco aquí no lo es ¿por qué? Porque el disco es bueno, muy bueno.
Vamos al principio, la primera escucha se hace del tirón, aquí hemos optado por las 13 canciones de la versión simple, no la deluxe con 17 canciones, todas ellas ya conocidas, pero que guardan no obstante cierta similitud. La segunda escucha consiste en escuchar las 13 canciones en modo aleatorio, es decir random. Si uno es capaz de quedarse con el ritmo de viene y va de Let me get me y en la siguiente escucha sabes qué es esa canción vamos bien.
Si las voces apagadas de Crowded room las intuyes y las identificas porque Call me in the morning te ha llegado, es que seguimos bien, aunque 6LACK ayuda. Y así seguimos con Vulnerable una canción absolutamente brillante y redonda y quizás la mejor del disco, si hay que quedarse con alguna. Dance again excelente puesta como segunda canción y también de las mejores del disco, y así podemos seguir, Ring, Let me get me, etc.
Musicalmente el disco da mil vueltas a Revival, y en el fondo es simple como el mecanismo de un reloj. Pero ahí radica la genialidad, que no te enteras, escuchas las 13 canciones como si fueran un todo de algo más de 40 minutos. La sensación es que entre 2015 y 2020, Revival y las cuatro canciones de la edición deluxe lanzadas con anterioridad, Selena ha buscado un sonido pop maduro, un sonido muy elegante y sofisticado, apoyado por una voz que suena mejor que nunca, probablemente gracias a una producción también muy cuidada.
Hay que destacar que el disco tiene productores para dar y tomar Ian Kirpatrick, Sir Nolan, Mattman & Robin, Finneas, o David Pramik; por citar algunos, pero contrariamente al caos que podría escucharse es todo lo contrario, es una sensación de unidad total como si todos hubieran trabajado a la vez.
Quizás una pequeñísima influencia latina en Let me get me y Ring o la más bailable dance Look at her now, le quita ese 100% de pop, pero el disco al completo es de una pulcritud que asusta. Cut you off la podría haber firmado Taylor Swift sin despeinarse y es otro de los momentos estelares del disco. Por supuesto sumando el primer adelanto que conocimos del disco, la balada Lose you to love me, absolutamente imperial.
En definitiva, disco recomendable no, lo siguiente. Listón muy alto y un auténtico disfrute y goce escucharlo.