Ha fallecido a los 61 años en Los Ángeles, California, el actor Miguel Ferrer, conocido sobre todo por sus papeles de Bob Morton en RoboCop y Albert Rosenfield en Twin Peaks, de hecho tenía previsto volver en el regreso de la mítica serie de David Lynch. Actualmente su papel más destacado era en la serie NCIS: Los Ángeles. Miguel Ferrer era hijo de dos estrellas como José Ferrer y la cantante Rosemary Clooney. Su cuñada era la cantante Debby Boone y era primo de George Clooney, con quien le unía una estrecha relación y que ha sido una de las primeras personas en lamentar su pérdida.
Nacido el 7 de febrero de 1955 en Santa Mónica, California, fue el mayor de cinco hermanos, en una familia de estrellas, su padre, José Ferrer, actor y ganador del Oscar y su madre la cantante de éxito Rosemary Clooney. Comenzó en la música tocando la batería en el disco Two sides of the moon de Keith Moon. Y gracias a ello consiguió su primer papel en la serie de la televisión Sunshine.
Su carrera real comenzó en los 80, haciendo apariciones en series como en Magnum PI y luego hizo The man who wasn’t there y Star trek III. The search of Spock. Su primer gran papel le llegó en 1987 con RoboCop como el ejecutivo Bob Morton. Luego trabajó en DeepStar Six (1989), Revenge (1990), y Traffic (2000).
A principios de los 90 trabajó en series como Shannon’s Deal (1989–1991), Broken Badges (1990–1991), y Twin Peaks (1990–91). Un papel destacado suyo fue en la serie Crossing Jordan (2001–07) y luego ya en NCIS: Los Ángeles, donde estaba actualmente en la octava temporada de la serie. El actor era considerado un clásico de la televisión y el cine y un rostro muy popular, debido a la cantidad de series y películas en las que apareció, aunque fuera en pequeños papeles.