Las nominaciones a los premios Grammy nos dejan como siempre triunfadores y perdedores. En esta edición en las nominaciones hay un género que ha salido bastante mal parado, el Rock. El rock no mola, eso es lo que se desprende de las nominaciones, sobre todo en las 4 grandes categorías. De 20 posibles candidaturas, solo ha obtenido la de Twenty One Pilots, hasta el country ha tenido más. David Bowie uno de los grandes favoritos, sobre todo para álbum del año, se ha ido de vacío, se daba casi por segura su presencia en la categoría.
El disco, que encabeza varias de las listas a lo mejor del año, ha sido ignorado. Bowie si ha sido nominado en las categorías del género, a la mejor canción de rock y actuación de rock y al mejor disco alternativo. Otro de los artistas que sonaban para las grandes categorías, Radiohead, tampoco lo han conseguido, al igual que Bowie, luchará en la categoría al mejor álbum alternativo.
Paul Simon no corrió mejor suerte, al igual que los Red Hot Chili Peppers, sus discos sonaron con fuerza, sobre todo el de Simon, Stranger to stranger, para la categoría de álbum del año, pero el idilio siempre permanente de Paul Simon con la Academia, parece que esta vez no ha sido suficiente. ¿Y Coldplay? Tampoco ha obtenido nominación en las cuatro grandes categorías y eso que el disco ha sido otro de los favoritos, vendedor como pocos y con una enorme gira a sus espaldas.
Otros que también merecían premios o reconocimientos fueron Alessia Cara y Shawn Mendes en la categoría a mejor nuevo artista. Pero sin duda una de las grandes perdedoras ha sido Sia. Días antes se decía desde la revista Forbes, que la cantante australiana debería comenzar a ser reconocida pero tampoco ha sido así, una verdadera pena.
No se puede nominar a todos, pero la polarización que ha existido todo el año, que esto era una pugna entre Adele y Beyoncé, ha terminado por pasar factura al Rock y a otros muchos.
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