La edición 68 de los premios de la televisión, los Emmy, ha dejado clara una cosa y es que más allá de la calidad, que la tiene y de sobra, Juego de Tronos es la serie más premiada de la historia de los premios, con un total de 38. La entrega de premios, con Jimmy Kimmel de presentador, que no evitó las referencias a Donald Trump, ofreció triunfos de los de siempre y algunas caras nuevas.
Juego de Tronos ya partía con 9 premios después de los técnicos entregados el fin de semana anterior y consiguió tres más para con 12, igualar el récord que ellos mismos habían dejado el año anterior. Juego de Tronos ha ido año a año ha labrándose el triunfo, no hay que olvidar que de los 38 premios, 24 los ha conseguido en los dos últimos años y de hecho el premio gordo a la mejor serie dramática los dos últimos también, ese por el que ya para los críticos ya puede considerarse entre las más grandes, aunque todavía lejos de los 4 que tienen en ese apartado Canción triste de Hill Street, La ley de Los Ángeles, El ala Oeste de la Casa Blanca y Mad Men. Juego de Tronos es ya la mejor serie y todo el mundo lo reconoce, es un fenómeno, pero sigue sin ganar premios de interpretación.
La otra gran serie triunfadora fue The People v O.J. Simpson que se llevó finalmente 5 premios, incluido el de mejor miniserie y actor protagonista de miniserie, Courtney B. Vance, mejor actor de reparto con Sterling K. Brown y el muy merecido para Sarah Paulson por el de actriz protagonista. Le faltó la dirección, en una de las sorpresas de la noche, que fue El Infiltrado.
Julia Louis-Dreyfus ganó de nuevo por Veep es el quinto año consecutivo que gana por el mismo papel igualando a Candice Bergen con Murphy Brown y el octavo en total, y Jeffrey Tambor por Transparent en comedia, segundo año consecutivo. Hay algo que en los Emmy no se entiende demasiado y es el que durante años el premio siempre va a los mismos actores y actrices, en drama y sobretodo, comedia. En series está más justificado el premio coral al mejor drama o comedia, pero desde luego en los actores es muy cansino, sobretodo para el resto de actores, que da la sensación que ya saben quien va a ganar y no saben ni para que van. No es que Julia o Jeffrey no estén fenomenales en sus papeles, pero hay más actores y muy buenos. En los Grammy o en los Tony no pasa o pasa menos, y evidentemente en los Oscar y en los Globos de Oro, tampoco porque no siempre se tiene una película de éxito, año a año, salvo casos excepcionales.
Regina King, le quitó a Sarah Paulson la oportunidad de hacer doblete al ganar el premio de actriz de reparto, precisamente por The People v O.J. Simpson. El mejor actor protagonista de drama se lo llevó Rami Malek por Mr. Robot, discutible, pero ahí está, es una serie que ha sorprendido y que es querida y odiada a partes iguales. Fue como el premio para Tatiana Maslany por Orphan black, pues algo discutible si que es, aunque ella esté fenomenal, pero han dejado sin premio entre otros y otras a Kyle Chandler, Bob Odenkirk, Matthew Rhys, Liev Schreiber, Kevin Spacey, Claire Danes, Viola Davis, Taraji P. Henson, Keri Russell o Robin Wright.
En definitiva una edición más, que sirvió para encumbrar a Juego de Tronos, como la serie de mayor éxito de la televisión en su historia.