El Guardia Civil imputado por supuesto homicidio imprudente, y que supuso la muerte a Javier Fernández, batería del grupo vigués, Los Piratas, el 26 de agosto pasado, ha declarado este viernes en el juzgado de instrucción número dos de Ponteareas, y ha dicho que su actuación estuvo motivada porque creía que la vida de su compañero corría peligro.
El agente, que solo ha respondido a preguntas de la juez y de su propio abogado, ha explicado que acudió a la vivienda, junto con su compañero, alertado de un posible caso de violencia de género, y que Javier Fernández, que estaba muy alterado, les amenazó «con un cuchillo y un tenedor«, y llegó a agredir a uno de ellos.
El abogado de la familia, Gerardo Gayoso, ha lamentado que el imputado no haya querido responder a sus preguntas. El guardia civil ha declarado que todo pasó muy rápido y actuó siempre para proteger la vida de su compañero.
El imputado ha negado que un amigo de Javier, estuviera en la vivienda, mientras éste ha declarado que estuvo presente cuando se efectuó el disparo, aconsejando a los guardias civiles que no era necesario tomar esas medidas y dando fe de la enfermedad de Javier.
Tal contradicción va a hacer, que el abogado de la familia solicite al juez un careo, entre el amigo y el agente imputado.
Tampoco hay unanimidad en cómo se produjo el disparo, según el Guardia Civil, éste disparó a la pierna y desde el umbral de la puerta, pero según el informe forense, el disparo que costó la vida a Javier Fernández, le alcanzó en el hipocondrio izquierdo, en la zona baja del pecho, y la bala salió por un glúteo. Es decir, desde arriba a abajo.
Vinilo Negro