Con 6.000 asistentes y periodistas, la presentación del nuevo iPhone por parte de Apple hace unos días, en el Bill Graham Civic Auditorium de San Francisco, hizo sombra incluso los actos más recientes del presidente Barack Obama en la metrópolis de la costa oeste estadounidense.
El director ejecutivo de la compañía, Tim Cook, no solamente anunció nuevos modelos de smartphones, sino «el fundamento de una nueva televisión«. Al menos así presentó Cook la edición renovada de Apple TV, que se controla por comandos de voz. Un enorme iPad Pro y nuevos modelos del reloj Apple Watch acabaron de redondear el programa.
El iPhone es con mucha diferencia el principal producto de Apple, con el que ingresa casi dos tercios de sus ventas y es la gran máquina de hacer dinero de la empresa. El año pasado, la apuesta por el iPhone 6, con una pantalla de mayor tamaño, y el aún más grande iPhone 6 Plus, fue un éxito. Y para no perder ese impulso, la firma presentó interesantes innovaciones:
La nueva pantalla diferencia ahora entre distintos tipos de presión, en lo que Apple llama el «3D Touch«. Si se da un toque corto y fuerte sobre un ícono, aparece un menú para acceder rápidamente a una serie de funciones que se utilizan a menudo. Es equivalente a hacer clic en la tecla derecha del mouse para abrir un menú contextual.
En la aplicación de notificaciones, este mismo toque permite ver en un horario del calendario si hay una cita pendiente a esa hora, y si se hace sobre un número de vuelo, el programa muestra si el avión está llegando puntual.
Apple introduce novedades también en el hardware y añade más píxeles a las dos cámaras del iPhone. Las fotografías se convierten además en minivídeos, porque antes y después del momento en que se aprieta el botón se filma durante 1,5 segundos.
Apple anuncia asimismo que el chip A9 incorporado es un 70 por ciento más rápido que el A8 con el procesador principal y hasta un 90 por ciento con los gráficos. Este mayor rendimiento será excelente para los juegos, con lo que el smartphone se va acercando cada vez más al nivel de una consola.
Simultáneamente, el jefe de marketing, Phil Schiller, anunció una nueva estrategia de ventas. Hasta ahora, muchos usuarios del iPhone lo cambiaban cada dos años porque tienen firmados contratos con su compañía telefónica, que les dan una subvención para la compra de uno nuevo cada 24 meses. Apple introducirá en sus tiendas, aunque por el momento sólo en Estados Unidos, una especie de abono a partir de 32 dólares al mes, por el que el contrato seguirá siendo de dos años, pero el hardware se renovará por completo cada año.
La mitad de la presentación de Cook estuvo dedicada, sin embargo, a otros productos aparte del iPhone, con el objetivo de independizar un poco a la empresa de la dependencia de los smartphones. Con el nuevo iPad Pro de casi 13 pulgadas intenta reanimar las ventas alicaídas de su tableta. La combinación con un teclado que se puede incorporar y un lápiz (Apple Pencil) recuerda mucho al híbrido tableta/PC Surface de Microsoft.
Un hecho llamativo fue que durante la presentación subió al escenario Kirk Konigsbauer, de Microsoft. En las épocas de Steve Ballmer al frente de Microsoft, las relaciones eran muy tensas, algo que ha cambiado con su sucesor Satya Nadella. Ahora, la firma de Windows envía a un responsable al acto, para mostrar lo bien que funcionan los programas de Office de Microsoft en el iPad Pro. La decisión es una muestra más del cambio de estrategia de Microsoft, que ahora apunta a ofrecer sus servicios en todo tipo de plataformas.
Apple persigue en el fondo un objetivo similar, aunque su punto de partida no es la PC, sino el iPhone, con la exitosa App Store y la asistente por voz Siri, que van mejorando mes a mes. Esta misma combinación de aplicaciones y Siri quiere transformar el mercado televisivo. Apple renuncia a fabricar televisores planos propios y se centra en Apple TV, el reproductor que funciona con los aparatos de Samsung, LG, Sony u otras marcas.
Por ejemplo, se le puede pedir a Siri que proponga películas infantiles, y añadir «las mejores», con lo cual la asistente filtra las cintas que hayan obtenido las críticas más positivas. Siri permite así búsquedas con resultados más acertados, tal como ya ocurre en la Fire TV de Amazon.
Pese a todo, está por ver si Apple conseguirá revolucionar el mundo de la televisión, porque los grandes canales y empresas de cable aún tienen sus dudas y ni siquiera en Estados Unidos es posible actualmente pasarse por completo al sistema de Apple TV, pese a que grandes servicios de streaming como Netflix, Hulu y HBO tienen aplicaciones para la «box» de Apple. Apple TV podría sustituir, eso sí, a muchas consolas en los hogares, como la Wii. Varios fabricantes han anunciado que editarán sus juegos para la Apple Box.
Christoph Dernbach (dpa)