Los que llevamos décadas haciendo listas, vivimos en un periodo con todo el acceso al data de las plataformas digitales que es vital, ya que nos permite con muy poco margen de error, calibrar un top 100 en el país en el que te encuentras. Las facilidades son múltiples, y con unos pocos conocimientos y una buena base, lo calculas.
Lo que para los chartmakers ha sido en los últimos años todo ventajas, comparado con las décadas anteriores, se ha convertido para las discográficas y los artistas en una auténtica pesadilla.
Hay tanta información, se ha perfeccionado tanto el sistema, que el viernes ya se sabía que Taylor Swift debutaría en el #1 en álbumes en los Estados Unidos con Evermore y sería #2 con Willow, detrás de Mariah Carey con All I Want for Christmas is You. Pero lo que todos pensamos que es una magnífica prestación, una magnífica performance, hoy más que nunca, a los artistas y a sus sellos no les vale.
Las técnicas han cambiado, y con esa información te puedes fabricar un #1 a medida. Este año lo hemos visto con Ariana Grande y Justin Bieber, BTS o incluso Harry Styles en diferido, cuando Columbia intuyó realmente cuándo la canción podría ser #1 en USA, en la semana en la que en los Estados Unidos se celebra el día de la sandía, juntándolo con las fiestas del 4 de julio. ¿Cuándo fue #1 Watermelon Sugar? Pues eso.
Hay que recordar que esto no viene de USA, UK fue la primera gran potencia en comenzar con sus midweeks gracias a Music Week. Los que llevamos ya muchos años suscriptos a sus informes, sabemos que te dan toda la info, todas las cifras, no como Billboard, que te ofrece el top 10, aunque ahora con Nielsen, Rolling Stone y HDD, tienes exactamente la misma información.
En el Reino Unido las discográficas comenzaron a experimentar con los midweeks, y se dieron cuenta que podían modificar el resultado del chart, si se lo montaban bien, por lo que comenzaron a hacer salvajes reducciones de precio, sacar más de una edición, cambiar el tracklist, etc en mitad de la semana de lanzamiento.
Con la llegada del digital, la información fue tan importante, que diariamente se manejaban las cifras, e incluso los propios artistas entraban al trapo en las rrss pidiendo sin pudor a los fans, que compraran el disco o la canción de turno.
2020 está viviendo episodios dantescos en ese sentido y en USA, donde Billboard perdió hace tiempo el control sobre lo que hace y lo que no hace, y donde sus famosas chart rules, son claramente pasadas por la derecha y la izquierda por absolutos chart watchers, las discográficas tienen campo abonado para a mitad de semana, cambiar el #1 lógico del viernes.
Willow de Taylor Swift será #1 en los Estados Unidos, con innumerables versiones de la canción, hay hasta una instrumental, que todas cuentan en venta digital y streaming, respetando eso sí, las 4 por persona para que valga. ¿Realmente lo necesita? No, pero vivimos en un mercado tan sumamente dominado por los números, que poder decir que por segunda vez en un año, debutas en el #1 de canciones y álbumes en la misma semana, pesa más que un consumo orgánico de la canción, que le hubiera dado un espectacular #2.
¿Es legal? Sí, ¿es lícito? también, ¿nos gusta? cada vez menos.