Antes de escribir la crítica he brujuleado buscando diversas entrevistas de Aitana sobre 11 razones. Me ha llamado una la atención, donde decía que se sentía muy orgullosa de este disco, algo que suelen decir muchos artistas siempre de sus nuevos trabajos, pero que sentía que este era el disco de su vida, a pesar de lo poco que lleva en la música, y a pesar de que seguirá lanzando muchos más discos.
No sé si es el disco de su vida, eso solo lo dirá el tiempo, pero sí que puede sentirse muy orgullosa del disco. 11 razones es un álbum que marca un salto muy cualitativo en su carrera, no cuantitativo, cualitativo, de calidad. La cantante ha logrado ensamblar en 11 canciones, 11 singles. Da igual si escuchas el disco en orden, o en modo aleatorio, el disco contiene 11 singles y funciona como un reloj.
Todas las canciones tienen ese concepto, obviamente los 3 ya lanzados como single ya tienen ese derecho. No hay una debilidad en 11 razones. Está descomunalmente producido por Mauricio Rengifo y Andrés Torres, y su sonido es como un golpe en la mesa, seco, contundente.
Esa contundencia de la que ya alardea su primer corte, No te has ido y ya te extraño. Ese chisporroteo del vinilo de fondo ya es toda una sentencia, y cuando entra la batería, es toda una declaración de intenciones, ya sabes que no vas a salir del bucle.
Son 34 minutos de sonidos, que sí, entroncan en los 2000, en ese pop-rock, en ese concepto sobre todo norteamericano, porque el disco en el fondo es muy americano.
Tiene muchos dejes y es esclavo a veces de ese periodo, pero tiene su personalidad propia, aquella que le dan los actores que lo interpretan, y cada canción aporta su granito de arena al conjunto.
– (Menos) con Álvaro Díaz y Pole. (el del punto, no el productor berlinés) sigue ese sonido contundente, con las guitarras en primer plano, y luego entra la batería, mientras se desarrolla ese triángulo. Delicioso por cierto el final del tema, donde Aitana está brutal a nivel vocal. En realidad lo está en todo el disco.
Estupidez con Beret no es ningún descubrimiento, una de las mejores facetas de Javier Beret, es que todas sus colaboraciones funcionan, y con Aitana no lo es menos. La canción que empieza con ella, coge ritmo con Beret, para hacer un medio tiempo, donde por cierto es todo un acierto Beret doblándole la voz a Aitana, algo que se repetirá también con Natalia.
X (Por) comienza con las guitarras, luego irrumpe la batería y la canción es otro tema sin fisuras. Clásica con ese segundo verso, en el que toda la sonoridad cobra vida de golpe.
No vamos a hablar de las canciones ya conocidas, pero en este contexto Corazón sin vida con Sebastián Yatra, no está tan desubicada como podía parecer en un principio y marca una especie de tregua, ante las dos canciones que nos parecen no de lo mejor del disco, sino de lo mejor que hemos escuchado a nivel pop este año.
÷ (Dividido) es una canción luminosa, es verdad que la letra como en el resto del tracklist, habla del desamor, pero del empoderamiento, de ese amor perdido y la frase Me duele una vida contigo, pero me duele más dejarte atrás y ese Nunca aprenderé nunca aprenderé a olvidarte puedan hacer pensar otra cosa, pero no nos equivoquemos, es luminosa, y esa luminosidad trae la esperanza que siempre debe acompañarnos.
Cuando te fuiste es la colaboración con Natalia Lacunza, y para el que esto escribe, quizás en el top 3 de las mejores colaboraciones que ha hecho nunca Aitana, sí, así lo digo. Tremendo temazo, que pide a gritos ser single y tener un vídeo demoledor, de esos que no olvidemos. Es un toma y daca entre dos mujeres poderosas, pero donde ninguna está por encima de la otra. Joyita pura.
Si no vas a volver comienza también con la guitarra, y es muy clásica en el concepto pop-rock, no de los 2000, sino en general y entronca con = Igual que cuando comienza piensas que vas a escuchar una potente banda de rock y suena la voz de Aitana, y donde ese concepto de musicalidad que llena todo el proyecto se consuma también.
11 razones canción, como dijimos el otro día, resume el contenido, el contexto, es la canción que galvaniza, que capitaliza todo el trabajo. Sí, es un disco que habla básicamente amor o de desamor, pero más allá de las letras, lo verdaderamente diferenciador del disco, es que es una apuesta decidida por el pop-rock. Deja de lado los ritmos latinos, los ritmos urbanos, no hay una atisbo de ellos en este disco y hacen el disco accesible a mucho más público nuevo.
La producción es ganadora, es superior, y las colaboraciones están muy bien escogidas, no cambiaríamos ninguna de ellas porque aportan, no son un lastre, sino que son lustrosas, si nos permiten el junte de palabras.
Sí, Aitana puede sentirse orgullosa de este disco, y de haber tomado, así lo pensamos, la dirección correcta, esa que supo ver cuando vio el impacto de + (Más). Aunque sabemos que volverá a hacer latin music, que volverá a hacer urbano, y por supuesto baladones.
Pero si lo hace convencida y cuando crea que es el momento, acertará. Y quizás su próximo disco sea una mezcla.
Hay quién dice que prefiere un Vas a Quedarte, pero por hacer este disco no dejará de hacer más baladas, el pop tiene muchas aristas y un artista debe arriesgarse a cambiar el registro, si no lo hace, no evolucionará y sobre todo, perderá capacidad de sorpresa.
De lo que se trata es de llegar a más público, pero también de sentirse orgulloso de lo que uno ha hecho, convencido, y saber elegir el momento.
Aitana por muchas razones, es el presente y el futuro del pop español, esto no es muy discutible hoy en día y 11 Razones es la prueba.