Se celebraron los MTV Video Music Awards desde el Radio City Music Hall en Nueva York, en su edición 35ª, Childish Gambino y Cardi B se llevaron 3 premios, pero la gran ganadora fue Camila Cabello que contra todo pronóstico se llevó el premio al vídeo del año y a la artista del año. Decimos contra todo pronóstico porque Havana fue perdiendo todos los premios a los que estaba nominada y terminó ganando los dos más importantes. Y porque los dos vídeos favoritos eran This is America de Childish Gambino y No tears left to cry de Ariana Grande. Ojo, que Havana es un gran vídeo, pero no era el favorito.
Es como si en los Grammy pierdes el premio al álbum pop del año y luego te dan el premio al álbum del año, un tanto surrealista. Pero así son los premios de la MTV, importa bastante poco quién gana. Lo importante son los escándalos y las actuaciones. Escándalos hubo pocos, salvo el beso de Maluma, no preparado y actuaciones para aburrir, como si fuera un concierto como siempre. Una espectacular Cardi B abrió la gala, no cantó dio paso a la primera actuación de Shawn Mendes con In my blood, una actuación desangelada, Mendes está para otras cosas, pero no para una actuación de la MTV como luego se vio, no por falta de calidad, sino porque no pega.
A Bazzi le pasó lo mismo, su Beautiful quedó deslucido al no contar con Camila Cabello. La de Logic y Ryan Tedder con One day mucho mejor, el vozarrón de Tedder salva cualquier situación. Panic! At The Disco cumplieron con creces con High hopes y la pedrea este año fue para Jessie Reyez con Apple juice. La canadiense no tiene ningún éxito fuera de su país, e intenta triunfar, ya con 27 años. Pasó sin pena ni gloria.
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Nicki Minaj hizo fuera del Radio City Music Hall una actuación desde la estación del World Trade Center. Interpretó Majesty, Barbie dreams, Ganja burn y Fefe, éxitos de su último disco Queen, ese disco que solo ella sabe que es #1. La organización tuvo que separar a Minaj de Travis Scott y Jenner para que no hubiera problemas tras el affair del #1 en USA. Hayley Kiyoko con Curious tampoco fue para echar cohetes.
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Entonces apareció Jennifer Lopez, Shawn Mendes le entregó el premio Vanguard a toda su carrera, la cantante neoyorkina se marcó un medley con casi todos sus éxitos, Waiting for tonight, One the floor, Love don’t cost a thing, All I Have, Jenny form the block, 10 minutos gloriosos de inspirada actuación, lo mejor de la noche, incluso acompañada como en 2001 de Ja Rule. Merecido premio. Luego llegó Ariana Grande que pudo sustraerse de su Pete y sus carantoñas que ya se profesaron desde la alfombra roja.
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Grande que debería haber ganado el premio al vídeo del año, objetivamente hablando, se conformó con el de pop y volvió a dejar otra actuación soberbia con God is a woman. Travis Scott tuvo su momento con Stargazing y Sicko Mode y Maluma reinó con Felices los 4, con un beso final a una de las bailarinas que pareció no entrar en el programa, lo cierto es que Maluma pertenece ya por derecho propio a lo más alto del escalafón y no decepcionó.
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La gala la cerraron Post Malone y Aeromsith con Rockstar, Dream on y Toys in the attic. Por supuesto no nos olvidamos del otro momento escándalo, el homenaje a Aretha Franklin, que Madonna convirtió en un repasa a su propia carrera obviando casi por completo a la Reina del Soul y que ha recibido multitud de críticas en los Estados Unidos.
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La gala dio poco más de sí, con presentaciones de premios especialmente malas como las de Kevin Hart y Tiffany Haddish, pasando por Anna Kendrick y Blake Lively o las estatuas que fueron Liam Payne y Shanina Shaik. Millie Bobby Brown también presentó un premio, ella sola por supuesto, ya que no hay ninguna gala que se precie que pueda soportar no tener a la estrella de Stranger things en el elenco. Del vestido de Rita Ora hablaremos en otra ocasión o no.
Y sobre los premios, como decimos son lo menos importantes, casi todos se llevaron alguno y salieron contentos, destacar que artistas como Bruno Mars, Drake Dua Lipa, Childish Gambino, Ed Sheeran y muchos otros ni asistieron a la gala.
