Pink ha estrenado el vídeo de Wild hearts can’t be broken, las canción que interpretó en los premios Grammy y que desde hoy 28 de enero, es el tercer single oficial de su último álbum. El vídeo rodado en blanco y negro, vuelve a incidir en ese mensaje poderoso de la cantante dirigiéndose directamente a la cámara sin aditivos. La cantante al final se ve arropada por su hija Willow.
La canción está en Beautiful trauma el último disco de la cantante que ha funcionado mucho mejor de lo que esperado, vendiendo más de 1.5 millones de unidades equivalentes en todo el mundo, #1 en los Estados Unidos, Reino Unido y Australia. La canción también anima a donar para UNICEF.