Bruno Mars fue el gran triunfador de los premios Grammy, con 6 premios, todos a los que optaba, en una nueva edición de los premios Grammy, la edición número 60 de los premios que se autodenominan desde hace décadas, los premios más importantes de la industria y que cada año que pasa, más cuestionado tienen ese título, no por el gran público, sino por ellos mismos con sus decisiones. En este caso el lugar elegido fue Nueva York y el Madison Square Garden, el año que viene volverán a Los Ángeles, la ciudad californiana lleva desde 2003 celebrando los premios y lo volverá a hacer en 2019. La ceremonia fue interminable, esa es la palabra, más de 3 horas y media.
Llevamos años diciendo que las entrega de premios, los musicales en particular, se ha convertido en una especie de concierto encubierto, en el que lo de menos son los premios y lo que prima son las actuaciones, los discursos políticos y los monólogos infumables. Hasta 20 actuaciones tuvo la gala, a todas luces innecesarias.
Como decimos Bruno Mars fue el gran triunfador de la noche y el que desplegó la mejor actuación con Finesse junto a Cardi B. Su triunfo, 6 premios, todos a los que optaba él, tuvo un más a la mejor ingeniería de álbum, fueron una bofetada en toda regla a los premios. Los Grammy deliberadamente habían hecho el vacío a Ed Sheeran, quitándole de las categorías principales y dándole dos categorías menores, en las que venció, mejor actuación pop y mejor álbum pop, Shape of you y Divide, respectivamente.
Todo estaba preparado para el triunfo de Kendrick Lamar y Jay-Z, pero no sucedió, el rapero fundador de Tidal y marido de Beyoncé, se marchó sin ninguno de los 8 premios a los que optaba. Lamar se llevó 5, pero en las categorías de rap principalmente, de hecho ganó las cuatro categorías del género y el vídeo.
Los Grammy calcularon mal, pensaron que al no nominar a Sheeran dejarían el camino libre a uno de los dos raperos y lo que hicieron fue concentrar el voto blanco y conservador en Bruno Mars, un artista distinto, que bebe en las fuentes clásicas del R&B y que ojo, ha vendido mucho de su 24K Magic, y sus singles han sido éxito tanto en el Reino Unido como los Estados Unidos. Nada que comparar a la otra convidada de piedra en el premio al álbum del año, que era Lorde por Melodrama, un disco con escasas ventas si lo comparamos con 24K Magic o DAMN, pero adorado por los críticos.
El triunfo de Mars es más importante por el hecho de demostrar a los señores de los Grammy un año más que no pasa nada si Adele gana a Beyoncé, o lo hace Taylor Swift. Se puede estar más o menos de acuerdo, pero los millones vendidos por esas artistas son incuestionables. Como lo era el mérito de Sheeran, disco y single más vendedor del año 2017. Cuidado no decimos que tenga que ganar, pero sí estar nominado. Los Grammy han tenido una virtud siempre, y es que no se les puede tildar de racistas, los mayores triunfos en los premios fueron de Michael Jackson y Carlos Santana. Sin embargo se han metido de lleno en la vorágine de querer equiparar como sea las categorías. Y cuidado, que ayer noche en Nueva York, el run run era, que las mujeres no estaban suficientemente nominadas, y quizás tengan razón, pero entonces quién arrasó ¿en 2016 y 2017? Qué poca memoria tenemos y qué cortoplacistas somos.
De lo que dejaron Mars y Lamar, Portugal.The Man ganaron el premio al mejor dúo o grupo de pop en una categoría donde estaba Despacito. Otra de las incongruencias de los Grammy, no todos pueden votar en todas las categorías, los Grammy seleccionan dónde se vota, con lo que los que seleccionaron a Luis Fonsi y Daddy Yankee para las categorías mayores, no eran los mismos que votaban en la otra categoría. Krafwerk ganaron su primer Grammy en la categoría de mejor álbum dance y electrónico, que tiene guasa la cosa.
Leonard Cohen se llevó el premio póstumo más que merecido a la mejor interpretación de rock por su impactante You want it darker. Foo Fighters ganaron el premio a la mejor canción de rock. Y en uno de los premios sorpresa pero positivos, The War On Drugs, el mejor disco de rock por A Deeper Understanding. The Weeknd otro de los olvidados de la noche, logró rascar el mejor álbum contemporáneo urbano por Starboy. Chris Stapleton arrasó con justicia en los premios de la parte country, mejor canción, mejor actuación country y álbum.
Shakira rascó el Grammy al mejor álbum latino pop por El Dorado y Greg Kurstin se llevó con justicia, el premio al productor del año. Los Rolling Stones se llevaron el premio al mejor álbum de blues. Estuvieron décadas sin ganar ninguno, en su mejor época y ahora lo ganan por refritos, aunque
De las actuaciones además de la de Bruno Mars, hay que destacar la de Kendrick Lamar, abriendo los premios con XXX American Soul, DNA y King’s Dead, con el acompañamiento de The Edge y Bono, Kesha con una poderosa versión de su Praying junto a Camila Cabello, Cyndi Lauper, Andra Day y Bebe Rexha y poco más.
Sobraron las actuaciones de U2 desde la estatua de la libertad, la de Little Big Town con Better man, floja Lady Gaga con Joanne y Million reasons, aunque imponente su puesta en escena. Flojo Elton John con Miley Cyrus con Tiny dancer, tenía que haber elegido otra canción, Tiny dancer ya está en el imaginario popular en la escena de Almost Famous en el autobús y es con lo que el público se ha quedado. Y flojísimo Sting con Shaggy. El británico ya naufragó en el all star de la NBA y ahora de nuevo en los Grammy.
Esa es otra de las cosas que los Grammy deben empezar a entender, las viejas glorias lo son por algo y hay quién no debe venir, salvo para recibir un homenaje. Y la industria luego tiene otro problema enorme, la cantidad de premios que se entregan a lo largo del año con ceremonias interminables, MTV Awards, americanos y europeos, American Music Awards, Country Music, Bet Awards, Billboard Awards, ahora tocan los Brits, etc, etc. Y casi siempre actúan los mismos, con lo que las sorpresas cada día son menores y las actuaciones son repetitivas.
Con todo nos alegra mucho el triunfo de Bruno Mars, pero también nos hubiera alegrado el triunfo de Kendrick Lamar, porque el rap debe tener antes o después un triunfo en las grandes categorías, pero compitiendo de tú a tú con los grandes de cada año, no en lo que ha hecho la organización este año, que claramente les ha perjudicado. Porque Lamar, Childish Gambino, el propio Drake, que no presenta sus discos en los Grammy, merecen más reconocimiento de la industria a nivel de premios, el de público ya lo tienen.