La semana del 24 de septiembre de 1988, llegaba al #1 de la lista americana de singles Don’t worry be happy de Bobby McFerrin. La canción llegó contra todo pronóstico al #1 de la lista, se convirtió en la primera canción a cappella en ser #1 de la historia. El título de la canción estaba tomada de la famosa cita de Meher Baba. Toda la parte vocal de la canción era del propio McFerrin, mezclada con otros sonidos hechos por el propio artista.
En la canción no se utilizaron instrumentos. En el vídeo de la canción aparecían el propio cantante junto a Robin Williams y Bill Irwin. A McFerrin se le ocurrió la canción cuando vio un póster con la famosa frase en la casa del dúo de jazz, Tuck and Patti, en San Francisco. Armado de una enorme simplicidad, Bobby McFerrin construyó una de las canciones más optimistas y divertidas de la historia y también uno de los éxitos más reconocibles de toda la década de los 80.
La canción tuvo una repercusión doble al aparecer también en la película Cocktail, aunque curiosamente cuando se lanzó como single solo llegó al #88 a pesar de que la película fue un enorme blockbuster. Sin embargo el mismo año se reeditó llegando al #1 durante 2 semanas. La canción fue un éxito mundial, siendo #2 en el Reino Unido.
La canción caló de tal manera, que de manera sorpresiva al año siguiente en los premios Grammy, ganó el Song of the Year y Record of the Year. Huelga decir que Bobby McFerrin nunca volvió a tener ningún éxito parecido, a pesar de seguir grabando álbumes con regularidad.