Carrie Fisher tenía cocaína, éxtasis y alcohol en la sangre, según la autopsia del forense revelada hoy en Los Ángeles. Sin embargo el informe no determina con claridad, si estas sustancias tuvieron incidencia o no en su fallecimiento. La cantante falleció el 27 de diciembre, después de entrar en parada cardíaca cuatro días antes, durante un vuelo a Los Ángeles. La actriz tenía 60 años.
El informe conocido ahora, señala que el consumo de cocaína podría haber sido hasta tres días antes de la muestra que la tomaron tras sufrir el ataque y también tenía heroína y éxtasis en su cuerpo, además de metadona y otros fármacos, pero tampoco se sabe el día que los consumió. Hace unos días, también en otro informe, se supo que la cantante murió por una apnea del sueño y otros factores y a día de hoy, es la causa oficial de su muerte.