Ha muerto a los 95 años el director artístico Manuel Gil Parrondo y Rico, conocido como Gil Parrondo, ganador de dos Oscar y cuatro premios Goya, entre otros muchos reconocimientos. Considerado el director artístico más importante que ha dado España, ganó los dos premios de la Academia, por Patton en 1970 y Nicolás y Alejandra de 1971 de Franklin J. Schaffner. Además también fue nominado por Viajes con mi tía de George Cukor en 1972.
Nacido el 17 de junio de 1921, en Luarca, Asturias, Parrondo estudio pintura y arquitectura, pronto su afición por el cine y por los decorados le hacen comenzar a trabajar en 1939 como ayudante de decoración. Más tarde se une a Sigfrido Burmann y participa en producciones históricas de Cifesa hasta 1951 cuando asume la dirección artística de Día tras día. Colabora con Luis Pérez Espinosa y consigue su primer premio en 1953 por su trabajo en Jeromín de Luis Lucía.
Pero fue en las múltiples cooproducciones americanas rodadas en España, como Alejandro Magno, de Robert Rossen y Orgullo y pasión, de Stanley Kramer; y seguidamente a las grandes producciones de Samuel Bronston: 55 días en Pekín y Rey de reyes, de Nicholas Ray; El Cid y La caída del Imperio Romano, de Anthony Mann y El fabuloso mundo del circo, de Henry Hathaway, en las que el departamento de arte adquiere una relevancia inusitada.
Luego colabora en Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago y es en 1970 y 1971 cuando se convierte en el primer español ganador del premio de la Academia por la decoración de Patton y Nicolás y Alejandra, dirigidas por Franklin Schaffner. En 1972 logra una tercera nominación por Viajes con mi tía, de George Cukor.
Llega otra etapa importante, junto al director José Luis Garci, que le encarga la dirección artística de casi todas sus películas desde Volver a empezar de 1982, consiguiendo cuatro premios Goya, Canción de cuna en 1994, You’re the one en 2000, Tiovivo v 1950 en 2004 y Ninette en 2005, y otras cuatro nominaciones.
Además también trabajó en El viento y el león, de John Milius; Robin y Marian, de Richard Lester; Los niños del Brasil, de Schaffner; Bearn o La sala de las muñecas y Las bicicletas son para el verano, de Jaime Chávarri; Werther y Tu nombre envenena mis sueños, de Pilar Miró.
Se declaraba más decorador de películas que otra cosa y se mantuvo en activo prácticamente, hasta su muerte.